domingo, 20 de noviembre de 2011

Mozart: Concierto 20 para piano y orquesta


El Concierto para piano y orquesta n.º 20 en re menor, K. 466, del compositor austriaco Wolfgang Amadeus Mozart, data de 1785.


Estilo y recepción
Se puede considerar que es el concierto más dramático de todos sus conciertos. Desarrolla aspectos musicales y estéticos presentes en su ópera Don Giovanni, y está escrito en la misma tonalidad que el Réquiem.
Ludwig van Beethoven admiraba este concierto y lo mantenía en su repertorio cuando era joven. Escribió varias cadencias, algo que también haría Johannes Brahms. Actualmente se suelen utilizar con frecuencia las cadencias de Beethoven, mientras otros intérpretes prefieren hacer improvisaciones sobre éstas o las de Brahms.
 

Estructura
Los tres movimientos del concierto llevan las siguientes indicaciones de tempo:
• Allegro (rápido).
• Romanza (lento).
• Rondó: Allegro assai (muy rápido).
 

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domingo, 6 de noviembre de 2011

Los pianistas rusos




Gracias a la cuidada pedagogía que se ha aplicado en Rusia durante el siglo XX, sus músicos fueron un referente para el mundo, llenando siempre todas las salas de conciertos. Hoy vemos que aquella semilla sigue dando sus frutos, y aún hoy los jóvenes pianistas rusos como Kissin o Berezovsky recogen el testigo de Richter o Horowitz...

Para saber más en Wikipedia: Horowitz, Richter, Sokolov, Kissin.
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Chopin y el Piano

El piano alcanzó en el siglo XIX su máxima popularidad, adecuándose perfectamente a la expresión individual del sentimiento, característica del Romanticismo.


Aunque Alfred Cortot afirmó que Chopin «nunca recibió lecciones de piano» y varios estudios sobre el músico enfatizan lo mismo, lo cierto es que Chopin sí recibió lecciones de piano pero de músicos que no eran pianistas profesionales: Żywny (violinista) y Elsner (compositor). Ambos le dieron las herramientas básicas y supervisaron sus primeros pasos, pero no encaminaron al joven hacia un método, escuela o estilo particular.


Los primeros testimonios acerca del estilo de tocar de Chopin provienen de su primera gira, en Viena, donde se admiró «la extraordinaria delicadeza de su pulsación, una indescriptible perfección técnica, su completa gama de matices, fiel reflejo todo ello del más profundo sentimiento» (en el Allgemeine Musikalische Zeitung, 1829). Sin embargo, también se le criticó su poco volumen. 


Chopin no fue un concertista de piano (como Thalberg o Liszt), sino que fue un pianista-intérprete de sus propias obras evitando los grandes auditorios, y llegó a tener una posición envidiable como tal.



Una de las características particulares de su toque y de sus obras fue el rubato (probablemente Schumann se refería a él cuando decía «desordenadamente [...]»). El mismo Chopin escribió sobre él:
“La mano derecha puede desviarse del compás, pero la mano acompañante ha de tocar con apego a él. Imaginemos un árbol con sus ramas agitadas por el viento: el tronco es el compás inflexible, las hojas que se mueven son las inflexiones melódicas”.

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sábado, 5 de noviembre de 2011

El mecanismo de percusión del piano.

El mecanismo de percusión del piano es un complejo conjunto de palancas cuyo principal objetivo es controlar el golpe del macillo a la cuerda y ofrecer la posibilidad de que el pianista pueda modular a su gusto la expresión del sonido del instrumento.














Partes:
  • Macillo o martillo.
  • Tecla.
  • Báscula.
  • Apagador.
Funcionamiento:
Cuando una tecla es pulsada, la palanca que está situada en el extremo opuesto se eleva y el macillo asociado a ella se pone en movimiento en dirección a la cuerda que es liberada por el apagador justo antes de la percusión. Tras el golpe del macillo a la cuerda se produce el sonido y acto seguido éste cae hasta ser recogido por la grapa, también conocida como atrape, a una distancia aproximada de 2 centímetros. Al levantar lentamente la tecla, ésta libera el conjunto de palancas del escape y el macillo vuelve a estar disponible para volver a tocar la cuerda. Si retiramos la presión por completo, todo el sistema vuelve a su estado inicial de reposo en el que el apagador tiene la misión primordial de interrumpir el sonido.
Se pueden distinguir dos fases en el funcionamiento del mecanismo de percusión del piano: la fase de impulso del macillo y la fase de caída.

Dinámica:
La mecánica del piano es bastante particular ya que no emplea el mecanismo habitual de una palanca para reducir el esfuerzo necesario para levantar un peso, sino que utiliza el peso del teclado para controlar la velocidad del macillo en el ataque contra la cuerda. El objetivo del conjunto de palancas del mecanismo es permitir una gran variedad de sonidos en función del control del impulso del macillo.
La fuerza ejercida sobre la tecla y la velocidad con la que se pulsa la misma (conocido en física como momento) tiene una equivalencia directa en el otro extremo del mecanismo, donde un macillo relativamente ligero viaja con una gran aceleración.

Es necesario tener en cuenta que el peso de un teclado no es independiente del sonido del instrumento ya que cuando se ejerce una fuerza concreta sobre el teclado, se espera también una respuesta concreta en el sonido. Si éste es demasiado duro y metálico, se tiene una sensación de poco peso. Por el contrario, un sonido demasiado débil, produce una sensación de cansancio. La energía aplicada a la tecla es transmitida de forma encadenada por todas las piezas del mecanismo hasta que el macillo realiza la percusión de la cuerda, la cual recoge dicha energía, convirtiéndola en sonido. Cuanto más eficaz sea esta transmisión, mayor es la sensación de control y de firmeza en el tacto del piano. Por esto, es preciso que todo el mecanismo esté bien calculado, ajustado y regulado.

La fuerza ejercida y el resultado sonoro obtenido dependen de la eficacia del mecanismo del instrumento, y por tanto, de su diseño. 

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